Si hay algo que la gente suele pasar por alto y subestimar es el estiramiento. Estirar el cuerpo, porque la mayoría somos expertos en estirar el presupuesto
A menudo se piensa que los estiramientos sólo son útiles para los atletas de élite, los gimnastas o los yoguis, pero la realidad es que los estiramientos pueden ser igual de beneficiosos para las personas que rara vez hacen ejercicio y que pasan la mayor parte del día sentadas haciendo trabajo de oficina.
Si pasas mucho tiempo detrás de un escritorio, puede que sientas que tu cuerpo está muy tenso y dolorido. Y no sólo eso, sino que podrías sentirte muy estresado y ansioso, ya que se ha descubierto que el tiempo que pasas sentado está muy relacionado con tus niveles de ansiedad.
Así que, por supuesto, deberías intentar llevar una vida más activa, pero incorporar unos simples estiramientos puede hacer maravillas para aliviar tus músculos, tu cerebro y tu salud mental, ya que los estiramientos envían a tu sistema nervioso la señal de que está bien relajarse.
Pero eso no es todo. Es esencial tomarse un momento para parar, concentrarse durante unos minutos en la respiración, tomar conciencia de tu cuerpo y reconocer tus sensaciones para alcanzar el máximo nivel de bienestar y rendimiento.
A continuación te presentamos una serie de estiramientos que pueden ser muy relajantes, fáciles de realizar en cualquier lugar y muy eficaces.
¡Vamos a ello!
Cómo hacerlo
1- Empieza por sentarte en el borde de tu silla. Apoya las plantas de los pies en el suelo y separa las piernas a la altura de las caderas.
Mientras respiras profundamente, presta atención al funcionamiento de tu abdomen y al movimiento de tus costales. Si te ayuda, puedes colocar las manos sobre ellos para sentir cómo se expande el aire. Lleva los brazos hacia los lados, respira profundamente y, cuando estés preparado, levanta los brazos, arquea la espalda hacia delante y deja que tu cuerpo caiga hacia delante mientras te concentras totalmente en la respiración. Una vez en el suelo, deja que los brazos caigan abiertos, sintiendo todo tu cuerpo relajado y sin tensión. Sin ejercer ninguna fuerza y con la cabeza suelta. Tómate unos segundos, cambia de postura y repite.
2- Mientras sigues cómodamente sentado en la silla, alarga la columna, no curves las lumbares y mantén las costillas cerradas. Para continuar, toma aire y levanta con fuerza la cabeza hacia el techo. Reduce la tensión y déjela caer mientras sueltas el aire. Haz esto 3 veces en total. Continúa realizando 5 rotaciones de hombros hacia el frente y 5 más cambiando la dirección.
3- Cruza la pierna derecha sobre la izquierda, luego gira la columna hacia la misma pierna que acabas de cruzar, es decir, la derecha. Utiliza ambas manos para intentar agarrar el respaldo de la silla. Tómate unos segundos y cambia de lado. Repítelo tres veces en cada lado.
En cuanto termines, te sentirás más libre mental y físicamente. Es fundamental que intentes centrarte en tu respiración y relajarte durante los minutos que dura la rutina en lugar de seguir prestando atención a los asuntos relacionados con el trabajo, ya que hacerlo no será efectivo.
Puedes realizar esta rutina varias veces a lo largo del día. Observarás una mejora en tu estado de ánimo y en tu capacidad de concentración, y además contarás con las herramientas necesarias para afrontar las contracciones.
Y si realmente quieres hacer las cosas bien, ponte de pie, haz que tus piernas se muevan durante un rato, despeja la cabeza y ¡vuelve a la carga!